La arquitectura religiosa tiene la construcción más representativa en la iglesia de Santa María de Riós, finalizada en el 1718, con torre barroca e interesantes tallas en el interior, como las de Santa Ana, San Joaquín, Santa Lucía y el Santo Cristo.
La calle central del retablo presenta el sagrario en forma de baldaquino y adornado con columnas salomónicas. Y justo encima está la magnífica talla de la Virgen de la Asunción, que algunos atribuyen, quizás erróneamente, al escultor renacentista Xoán de Angés.
Entre los retablos laterales destaca el dedicado al Cristo Crucificado, relacionado por la bien tratada anatomía y por el dramatismo, con la escuela castellana de Gregorio Fernández.
Existe constancia de otro edificio parroquial más antiguo. Del menaje de este primitivo templo se conserva un cáliz del siglo XVI, una hermosa cruz procesional del platero Isidro de Montanos, del siglo XVII, y una naveta con fina filigrana plateresca.
En Riós tenemos también un hermoso crucero, junto a la travesía, de tres gradas y coronado por una cruz de piedra florenzada, semejante a lo que encontramos en la aldea de Progo.
Destaca en este templo religioso el gran retablo barroco, realizado, segundo consta en una inscripción en el año 1746, siendo abad el licenciado Luis Cobelas.
Son dignos de mención los hermosos guardapolvos, con buenas tallas de angelotes y motivos vegetales, además de las figuras de San Estevo y Santa Tareixa, a la que tenían gran devoción los miembros de la casa de Alba, de la que dependía esta iglesia.
Según el estudioso de arte Pérez Constanti, el escultor Alonso Martínez realizó en 1602 un retablo para esta parroquia, al igual que una imagen de Nuestra Señora, hoy desaparecidos.
En el museo del obispado de Ourense podemos admirar una imagen de la Virgen con el Niño procedente de esta parroquia. Prueba de su riqueza es la abundante orfebrería, en la que destaca una cruz procesional, hecha en el 1807 por el platero Ortiz.
La pequeña capilla dedicada a Santiago en el pueblo de Pedroso pertenece a la parroquia de San Estevo de Trasestrada.
Data del siglo XVIII, en el interior acoge una curiosa imagen en piedra del Apóstol Santiago, de estilo románica.
Se encontró en una finca de cultivo cerca de la aldea, en la que se cree que pudo existir una capilla primitiva.
Prueba de la profunda religiosidad de los habitantes de las aldeas de la Ribeira, en la parte sur del ayuntamiento de Riós, son las numerosas capillas, entre las que destacan las de San Pedro de Mourisco y Santa Marina de Covelas, que repiten el mismo esquema de planta rectangular, fuerte espadaña y el empleo de cantería y sillarejo.
En la Vega do Seixo encontramos la capilla dedicada la santa Ana, con una talla que representa a la santa joven, contenta y con María en el regazo.
A pesar de la humildad de la capilla de San Paio, tenemos constancia de la existencia de una familia rica y distinguida, la de los Fernández Cortés, criados antiguos y fieles del conde de Monterrei, según cuenta Pedro González de Ulloa.
La iglesia parroquial de Santa María de Castrelo de Cima es del siglo XVIII. El retablo, de la misma época, tiene de interés a talla en madera de la patrona y una cruz procesional del XVII.
En la parroquia de Castrelo de Abajo se venera la imagen de Nuestra Señora de los Portales, del siglo XVIII, el mismo que el edificio religioso.
Es una de las fachadas más elegantes y esbeltas de la comarca, debido a la alta y fina espadaña y a la delicada decoración.
Todo el edificio fué construido por suscripción popular y por el dinero obtenido tras la venta de leña de los terrenos comunales, muy abundante, ya que abastecía también la otras villas y aldeas de la comarca, como Verín, Monterrei y Pazos.
En el interior de la iglesia encontramos un retablo dedicado a la Virgen de los Dolores y, junto con la representación de la Pasión, ocupa toda la cabecera.
Se trata de una versión popular del retablo mayor de la iglesia parroquial de San Salvador de la Xironda, en el ayuntamiento de Cualedro, realizado por el padre mercedario Pedro Pascual.
Todo el edificio presenta un buena cantería, en una de las piedras se puede leer la fecha de finalización del templo parroquial: 1780. “ He visto poner la primera piedra en sus cimientos, he predicado el día de la dedicación…”, según nos cuenta el historiador Pedro González de Ulloa, clérigo al servicio del conde de Monterrei, para quien hizo un inventario de sus bienes en 1777.
Narra también que la construyó a su costa, y con algunas limosnas, don Bernabé de Limia, aunque fué finalizada por don Bernardo Álvarez.
El constructor fue José Quintero, según los datos que se pueden leer en la airosa espadaña.
Como curiosidad, don Pedro nos habla de la animada romería as Dores, que se había celebrado en esta feligresía, y a la que acudían romeros de toda la comarca y del norte de Portugal.
Gracias a la inscripción en una tabla de madera que se encuentra en la sacristía, conocemos la fecha de construcción: “Año de 1700. Hizo esta obra Francisco de Rosales, maestro de carpintería, siendo abad el señor Juan de Figueroa y comisario del Santo Oficio”.
A este último también lo encontramos en la aldea de Vilardevós, en la inscripción de una piedra reutilizada.
Un desgastado escudo sobre la puerta principal nos indican la pertenencia a una casa nobiliaria. Más antigua que el edificio es la talla de la Virgen con el Niño, quizás del siglo XVI, conocida como la Virgen de la O.
Es una buena imagen, al igual que los retablos laterales, que son de la misma época
Toda la edificación es de cantería al exterior, con espadaña de dos vanos y adorno de pináculos, siguiendo un modelo común en la zona.
Como curiosidad, esta parroquia posee un cáliz con la inscripción: “Pedro Pérez, vecino de Córdoba, dió este cáliz para San Pedro de Posada, año de 1745″.
El crucero de Progo es, junto con el de Riós, uno de los dos existentes en todo el municipio.
Tiene tres gradas, capitel moldurado y finalizado con piedra florenzada.
Por sus características, puede datar del siglo XVIII.